25.12.15

Dichosas listas

Con gran pesar de mi corazón, bien sabe Dios, envié la lista con los diez libros de poesía publicados este año que uno consideraba los mejores. Para El Cultural. Apareció ayer. No, no creo en las listas, lo he repetido muchas veces, por más que a uno le guste, ah paradoja, que un libro suyo aparezca de vez en cuando en ellas. ¿Entonces? Lo hice por sentido de la responsabilidad con el suplemento en el que, como quien dice, empiezo a colaborar (ni siquiera figuro en el staff) y con las personas que lo dirigen y coordinan, que confían, a lo que se ve, en mi honesta opinión. Y por mis admirables compañeros de faena. Estos sí saben de qué hablan, no como otros.
A decir verdad, todos los libros que he comentado en el blog a lo largo de 2015 son mis libros del año. Todos y cada uno, si bien unas me gustaron más que otros. De ahí lo doloroso de tener que seleccionar y decidir. Conviene aclarar que sólo he votado por libros que he leído, por eso faltarán, a buen seguro, títulos importantes. Después de enviada esa lista, he degustado, de hecho, algunas obras estupendas que comentaré aquí de ahora en adelante. Y más que vendrán con esa fecha de impresión.
Me alegro de que los libros elegidos como primero y segundo sean los que uno votó a tal fin, aunque en orden inverso. Tanto monta... Ha sido una agradable sorpresa. Quién lo diría, de Eloy Sánchez Rosillo (Tusquets) y Di, realidad, de Rafael Fombellida, son dos libros extraordinarios, cada cual en su estilo.
Que me perdonen, por favor, los silenciados. Nada me entristecería más que se enfadaran con este entregado lector de sus poemas por culpa de un inocente y pasajero juego literario. Bien sé que escriben, que escribimos (estuve del otro lado y espero volver a estarlo), por mucho más que esto. ¡A otra cosa!