Salvador Retana es hombre discreto y paciente, firme en sus convicciones y tenaz en sus propósitos. El rigor es para él fundamental. Una de sus muchas aventuras, casi todas secretas, es la del proyecto Náufragos. Tiene mucho que ver con su faceta de editor. De La Rosa Blanca.
Ha venido uno dando cuenta aquí de las sucesivas entregas de estas cajas que contienen textos inéditos lanzados, digamos (no sin cierta pompa), al proceloso mar de la existencia.
"Los mensajes de esta compilación -explica Retana- van dentro de una botella metálica y precintada como pecios de un naufragio. Nada se sabe de su contenido. Los autores son náufragos por naturaleza y solo ellos pueden dar cuenta de su aventura, del viaje sin retorno, del destino incierto. por misteriosos cauces, la edición ha venido con el tiempo a desembarcar en el proceloso mar en el que todos estamos naufragando".
Pian pianito ha llegado ya a la séptima entrega y me consta que hay otras dos muy avanzadas.
En esta, dos poetas y una estudiosa de la poesía; hija, a su vez, de un gran poeta. Me refiero a Olvido García Valdés, Ada Salas y Amelia Gamoneda. Las dos primeras ofrecen poemas nuevos y la profesora Gamoneda un texto de poética. Allí leemos: "La poesía –presencia y existencia que buscan un lenguaje– es reticente a la abstracción y al lenguaje común. Pero no hay poesía sin lengua".
Y naufragar me es dulce en este mar, diría uno, infinitamente, con Leopardi.