22.6.11

Rectificación

A veces se le escapan a uno las palabras. Quiero decir que acaba escribiendo uno lo que no quiere. Hace poco, al hilo de mi comentario al libro Para entregar en mano, de José Luis García Martín, dejé caer que "cualquiera puede acabar como el olvidado Florencio Martínez Ruíz". No me expliqué bien, sin duda. Pretendía expresar no lo que uno pensaba sino más bien lo que en el citado libro venía a decir Martín; esto es, que algunos críticos literarios, por dejar de colaborar en la prensa nacional y sus conocidos suplementos, caen en una especie de abandono y, a veces, hasta de olvido. Lejos de mi intención menospreciar a Florencio Martínez Ruíz. Es una persona a la que admiro, aunque haga años que ya no lea sus reseñas, y al que tengo mucho que agradecer: fue el único crítico de (digamos) alcance nacional que reseñó mi primer libro de poemas, Territorio, en ABC.
Desde la emisora de Punto Radio en Cuenca, molesto por mis palabras, un tal Óscar me informa de que FMR no está olvidado en esa ciudad, al revés. Dirige "la colección Atalaya de libros de la Diputación de Cuenca. En los últimos años ha publicado más de siete libros además de miles (sí, miles) de artículos en la prensa local y nacional. Siendo considerado en Cuenca (por hablar de lo que conozco de primera mano) como el mejor periodista vivo de Cuenca y sin duda uno de los mejores conocedores de la poesía y el periodismo literario español de las últimas décadas".
Tampoco lo duda uno. Y me alegro de que así sea. Siento, en fin, haberme dejado llevar y no haber sido todo lo preciso y cauto que debiera. Si he ofendido a don Florencio, que acaso ya ha dado con mi glosa, mil perdones. Y un saludo afectuoso y, a pesar de los años, lleno de agradecimiento.
Ahora ya estoy tranquilo.