18.11.13

Jordi Doce, lector

Y no un lector cualquiera. Ni un poeta ni un traductor ni un editor. En Las formas disconformes (libros de la resistencia) ha reunido Lecturas de poesía hispánica, como reza el subtítulo. Reseñas, artículos, prólogos, ensayos en suma, de libros de Octavio Paz, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Josep Palau i Fabre, Julio Torri, José Ángel Valente, Ángel Crespo, Antonio Gamoneda, Luis Feria, José-Miguel Ullán, José Watanabe, Juan Antonio Masoliver Ródenas, Andrés Sánchez Robayna, Olvido García Valdés, Mercedes Roffé, Orlando González Esteva, Álvaro Valverde, Juan Carlos Mestre, Eduardo Scala, Pedro Casariego Córdoba, Marta Agudo, Esther Ramón y Julieta Valero, además de escritos sobre la pintura de Albert Ràfols-Casamada y Eduardo Arroyo.
"La nómina, explica, no es caprichosa ni arbitraria: la han dictado la inclinación y el gusto personales, la afinidad con ciertas sensibilidades y modos de entender la escritura (eso que llamamos poética y que, en última instancia, no es más que un modo de la fatalidad)".
"El título de este libro, Las formas disconformes, apunta a una idea que en realidad son dos. Por un lado, el convencimiento de que el poema es la formalización de una energía, una estructura orgánica y más o menos estable en la que se dirimen –sin acabar de resolverse– tensiones de toda índole: psíquicas, ideo­lógicas, musicales, estéticas…(...) La segunda idea es el convencimiento no menos intenso de que toda forma persuasiva se sitúa en una relación de conflicto o al menos de discrepancia con su entorno. Disconformidad, en una palabra".
Concluye: "Siempre me ha fascinado el título que el crítico Ekbert Faas le dio a su estudio de la poesía de Ted Hughes: The Unaccommodated Universe. El poema es justamente eso: un mundo «desacomodado», algo que no está del todo en su sitio, que salta cuando nos acercamos; un bache en el camino pero también la liebre que escapa entre la hierba. Y leerlo implica un sobresalto y un reajuste, la obligación de seguir atento a un camino que nunca se despliega ni revela del todo".
Cuando hace poco me refería, en este mismo sitio, a la "crítica responsable" (a propósito de la incorporación de Irazoki) y a la falta que nos hace en España (que nos ha hecho casi siempre), aludía a ejemplos como éste. El de críticos con criterio, honestos y competentes, que saben leer y que están a lo que importa. Al menos a lo que de verdad le interesa a los lectores de poesía, poetas o no.