Modiano, 1978, Premio Goncourt
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Uno se identifica poco con los escritores. Y nada o casi nada con los del propio gremio. Al menos con los que ejercen de tal, quiero decir. Con los que van de poetas por la vida.
Si alguien por la calle me llamase así en voz alta, no me daría por aludido. Los veo como seres aparte, sobre todo a los famosos. No digamos a los premios Nobel. Y sin embargo, observo y escucho a Modiano y sí me parece asequible o real. Cercano incluso. Por lo que dice y cómo lo dice, sí, y hasta por cómo viste y se manifiesta en público. Tendrá su máscara y hasta su pose, como todos, no lo discuto, qué sabe uno, pero este tipo, como sus libros, me parece de verdad, que diría un vasco. Como Pinilla, que se acaba de ir.