Contrafacta es el segundo libro de Antonio Rivero Machina, nacido en Pamplona en 1987, profesor de la Universidad de Extremadura y director de la revista de creación y crítica Heterónima.
Respecto al título, leemos en la socorrida Wikipedia: "Contrafacción, que el DRAE recoge como delito, es un término que se usa en preceptiva literaria para designar a un recurso típicamente barroco, "contra-hacer" o rehacer un texto previo, que queda reconocible, pero que se transforma de modo más radical que en la paráfrasis. También se utiliza el término contrafacto o contrafacta".
Se abre el breve volumen con una cita de Cernuda: "¿No les comprendo? ¿O acaso les comprendo / Demasiado?". Intrigas mediante (título, epígrafe), los primeros versos del primer poema ponen rápidamente al lector sobre la pista: "La peor decisión de mi generación / fue renunciar a los héroes". De inmediato, algunos signos generacionales (con perdón): referencias a la cultura popular que se mezclan con muestras de la más elevada, pues, como buena parte de los jóvenes poetas españoles de ahora, estamos ante alguien muy formado académicamente que asimila un bagaje teórico de alto calibre que, a su vez, en uno y otro caso, incluye un generoso número de lecturas.
La presencia del inglés es otro rasgo a anotar. Expresiones y palabras que pasan a formar parte, con toda sencillez, del discurso. Un discurso, por cierto, y señalo otra marca de su promoción, que tanto tiene que ver con autores norteamericanos y con una escenografía, podríamos decir, procedente de aquel imaginario, percibido no sólo a través de los libros, el cine o las series televisivas, sino también del viaje, peripecia habitual de este grupo de poetas nómadas. Así, por ejemplo, en el poema "Crack del 29" ("Aquel año fundaron el MoMA") o en "Road movie".
La guerra está presente en poemas como "Nada nuevo cara el sol" (que dedica a José Luis Bernal) o "Balada del que nunca toreó en Badajoz" (con la triste matanza al fondo).
La cinefilia está presente en "¿Por qué Bogart"?, un precioso poema de amor, y el mencionado cosmopolitismo en "Salida 235". "Programa de mano" es otro caso de poema generacional, digamos (y clave para entender este libro), una lectura del inevitable Gil de Biedma, tan de actualidad por culpa de la edición completa de sus diarios.
"A Friedman" es un poema que ejemplifica la preocupación política y económica que ha vuelto a surgir tras la famosa Crisis que padecemos y que dialoga con la afirmación que copié al principio respecto al primer poema de la serie. "Nadie te dirá cómo hemos llegado a esto, / la minuciosa ruta hasta este asombro rutinario", leemos en "Palabra y omisión".
Esas preocupaciones comparecen de nuevo en poemas como "La vieja Rhodesia", "Las dos Coreas" y el irónico "Coplas a la muerte de Mijaíl Kaláshnikov".
"Cadena de montaje" es un poema donde el citado plurilingüismo encarna.
Se lee muy bien esta segunda salida a la palestra lírica de Machina. Y con ello quiero decir que, más allá de los asuntos que aborda en sus poemas, estos están escritos con la debida solvencia poética, esa que llega a los oídos y a la imaginación con la naturalidad que sólo la poesía que de verdad lo es sabe manifestarse.
La presencia del inglés es otro rasgo a anotar. Expresiones y palabras que pasan a formar parte, con toda sencillez, del discurso. Un discurso, por cierto, y señalo otra marca de su promoción, que tanto tiene que ver con autores norteamericanos y con una escenografía, podríamos decir, procedente de aquel imaginario, percibido no sólo a través de los libros, el cine o las series televisivas, sino también del viaje, peripecia habitual de este grupo de poetas nómadas. Así, por ejemplo, en el poema "Crack del 29" ("Aquel año fundaron el MoMA") o en "Road movie".
La guerra está presente en poemas como "Nada nuevo cara el sol" (que dedica a José Luis Bernal) o "Balada del que nunca toreó en Badajoz" (con la triste matanza al fondo).
La cinefilia está presente en "¿Por qué Bogart"?, un precioso poema de amor, y el mencionado cosmopolitismo en "Salida 235". "Programa de mano" es otro caso de poema generacional, digamos (y clave para entender este libro), una lectura del inevitable Gil de Biedma, tan de actualidad por culpa de la edición completa de sus diarios.
"A Friedman" es un poema que ejemplifica la preocupación política y económica que ha vuelto a surgir tras la famosa Crisis que padecemos y que dialoga con la afirmación que copié al principio respecto al primer poema de la serie. "Nadie te dirá cómo hemos llegado a esto, / la minuciosa ruta hasta este asombro rutinario", leemos en "Palabra y omisión".
Esas preocupaciones comparecen de nuevo en poemas como "La vieja Rhodesia", "Las dos Coreas" y el irónico "Coplas a la muerte de Mijaíl Kaláshnikov".
"Cadena de montaje" es un poema donde el citado plurilingüismo encarna.
Se lee muy bien esta segunda salida a la palestra lírica de Machina. Y con ello quiero decir que, más allá de los asuntos que aborda en sus poemas, estos están escritos con la debida solvencia poética, esa que llega a los oídos y a la imaginación con la naturalidad que sólo la poesía que de verdad lo es sabe manifestarse.