13.2.20

Hasta siempre, querido Antonio


Estimado amigo, estimada amiga:

El pasado 26 de enero fallecía nuestro director, nuestro muy querido y admirado Antonio Franco (Badajoz, 1955). Hemos necesitado unas semanas para empezar a recuperarnos de tan tremendo e inesperado golpe, pero no queríamos dejar de dedicarle unas palabras e invitarlo a habitar el breve museo sin paredes que es este boletín que tanto le gustaba.
A lo largo de estos quince años de vida de la Fundación Ortega Muñoz, Antonio alentó y cumplió con los objetivos que marcan sus Estatutos, donde, además de la conservación, el estudio y la difusión de la obra y el legado artístico de Godofredo Ortega Muñoz, se contemplan los de impulsar y divulgar proyectos que atiendan a las relaciones entre arte y naturaleza y el de promover iniciativas que pongan en valor el paisaje y la visión moderna de la actual Extremadura. Fue también uno de los grandes artífices de la creación del MEIAC de Badajoz, que dirigió como proyecto vital desde su fundación en 1995 y que supuso un hito para el arte contemporáneo de la región y su diálogo cultural con Iberoamérica y Portugal.
Pero Antonio fue mucho más allá.
Su trabajo al frente de nuestra Fundación quiso poner en valor, de una parte, el entorno natural de nuestra Comunidad Autónoma, que Godofredo tanto amaba y, de otra, la promoción que sobre la cultura contemporánea se hiciera de ellos. Podríamos añadir el apoyo a la creación artística, y el fomento en general de todo cuanto tenga que ver con la reivindicación serena de la imagen de Extremadura, sus gentes y la importante aportación que desde estas tierras de frontera se ha hecho al resto de España.
Puede reseñarse aquí tanto el importante legado artístico de nuestros paisanos como su aportación al acervo cultural, humanístico y científico de España:
A través de las exposiciones producidas por la Fundación, de artistas internacionales como Hamish Fulton o Mateusz Herzka, nacionales como Manuel Vilariño, Federico Guzmán, Hernández-Pacheco o Cum Pictura Poesis, dedicada a libros de artista. O del propio Ortega Muñoz, en Lanzarote, gracias al amable apoyo de la Fundación César Manrique.
A través de los catálogos de dichas exposiciones, las colaboraciones con el Museo Nacional de Ciencias Naturales o el Real Jardín Botánico de Madrid, la publicación de facsímiles (uno de ellos, en 2017, dedicado a un cuaderno de apuntes inédito de Ortega Muñoz, con prólogo de Andrés Trapiello) o las colecciones de ensayo “Territorios Escritos” (con nombres tan ilustres como László Krasznahorkai o Peter Sloterdijk) y de poesía “Voces sin tiempo”, con siete autores publicados a día de hoy.
A través de SUROESTE, la revista anual con vocación de diálogo entre las diferentes literaturas ibéricas cuya dirección corre a cargo de Antonio Sáez Delgado.
Y, finalmente, a través de los proyectos que Antonio dejó en marcha, que van desde la edición de un estudio sobre los tapices de la Catedral de Badajoz hasta la continuación de la colección de poesía y SUROESTE, pasando por una próxima exposición titulada “Paisaje Imaginario”…
Se puede decir que Antonio personificó fielmente el compromiso que, con la sociedad extremeña, su historia, su conocimiento y su progreso, mueve a nuestra Fundación.
Desde el 26 de enero, querido Antonio, ocupas un lugar privilegiado en nuestro recuerdo y en las páginas de la Historia del Arte de España y Extremadura.
Gracias por tanto. Gracias por todo.

El equipo de la Fundación Ortega Muñoz

Nota: La fotografía es de El Periódico Extremadura.