9.11.22

Carta de Lucena (I)

EL LIBRO

A primeros de año se puso en contacto conmigo el poeta Jacob Lorenzo desde Lucena. Me invitaba a formar parte del selecto catálogo de la colección el Orden del Mundo por la que han pasado antologías de los poetas españoles Jesús Aguado, Juan Vicente Piqueras (con dos ediciones), Josep M. Rodríguez, Ángeles Mora, María Rosal, Ben Clark, Amalia Bautista, Luis Felipe Comendador, Joaquín Pérez Azaústre, Luis Alberto de Cuenca y Jesús Urceloy, así como del bosnio Izet Sarajlic (traducido por Piqueras). Ya está anunciado el volumen número 15, compuesto por poemas de Luis García Montero. 
Sí, de antologías se trata, y, además, temáticas. Sin darle demasiadas vueltas, acepté la sugerencia y le propuse reunir versos relacionados con el molino de agua que levantaron de la ruina Antonia y Zacarías (Rex para los placentinos), los padres de Yolanda, en la década de los setenta del siglo pasado; un lugar muy presente en mi poesía y donde tantas horas felices ha pasado toda la familia. Pronto titulé al conjunto Enclave (como el poema que abría Una oculta razón) y le puse como subtítulo (Poemas del molino)
Ya acordamos entonces que la presentación del libro sería en otoño. En Lucena, por supuesto. 
Debo reconocer que la edición es bonita. Son libros pequeños (de tamaño cedé), pero con un papel de alta calidad y un cuidado en los detalles digno de elogio. De tirada reducida: 250 ejemplares. Se me pidió que eligiera un color para las guardas (las cubiertas son blancas), algunos dibujos, etc. y me incliné (un homenaje a mi suegra y mi mujer) por el azul majorelle, tan marroquí.   
Para la contracubierta, Lorenzo me propuso solicitar al poeta cordobés Francisco Onieva un breve texto. Acepté de inmediato. Es este y se lo agradezco: "Encontrar su lugar en el mundo es un don al alcance de muy pocos. Álvaro Valverde (Plasencia, 1959) sabe muy bien cuál es el enclave donde se halla la efímera plenitud de un hombre capaz de construir, a través de una mirada reflexiva, de una memoria enraizada en la naturaleza y de una palabra exacta en su sencillez y en su contención, un territorio donde caben el ser humano y el alrededor, regalo que ha de ser celebrado y disfrutado en el temblor.
Los dos anclajes fundamentales de esta labor vertical de conocimiento son su ciudad natal y un viejo molino de agua ubicado en un pequeño valle extremeño, rehabilitado y convertido en refugio ante la intemperie. En este espacio telúrico y nutricio se sitúan todos los poemas recogidos en la presente antología, un interesante recorrido por una obra honesta, de una profunda unidad estilística y de pensamiento".
Por lo demás, el florilegio incluye poemas de casi todos mis libros. Ya dije que era un tema recurrente. Veintinueve, si no he contado mal.