16.10.13

Dos libros y un prologuista

Dos libros recientes que poco o nada tienen que ver entre sí, en lo que a su contenido y respectivas poéticas se refiere, tienen, sin embargo, el mismo prologuista. Y no uno cualquiera, sino el poeta Basilio Sánchez, que no se caracteriza precisamente por sus apariciones, y menos en prosa. Dos prólogos, añado, que suman a los libros que acompañan un plus digno de ser señalado. 

"La sal de la mirada", se titula uno de ellos y está al frente de la reedición de Las ciudades de la llanura, ópera prima de José María Cumbreño, cacereño del 72, profesor del IES "Albarregas" de Mérida. 
En 2000 apareció en la colección Poesía de la Editora Regional de Extremadura y ahora en Los cuadernos ególatras de Ediciones Liliputienses.
"Las ciudades de la llanura, escribe Basilio Sánchez, está construido con los utensilios de la meditación y la memoria, pero también con el de la mirada, una mirada contemplativa cargada de intuiciones que es capaz de fundirse con lo mirado y que, por encima de todo, supone la manifestación de un sentimiento profundo de piedad hacia los seres y los objetos que comparten su existencia con nosotros". 
Miguel Ángel Lama se ha ocupado del libro en Pura tura.

El otro, "La poesía como acercamiento", está en La caja de piedras y otra caja de palabras, de Ana María Reviriego (Aldeanueva del Camino, 1958), profesora del IES "Valle del Jerte" de Plasencia, libro que publica la Editora Regional de Extremadura en la colección Vincapervinca.
Érase una vez el mar, su primer y único libro, vio la luz en Terremozas hace treinta años. 
De esta segunda entrega uno destacaría la primera parte (de la que toma la obra medio título), intensa como el momento vital a que alude. En general, la de Reviriego es una poesía clara y cercana, memorialística y autobiográfica. En este libro vuelve, sobre todo, a la infancia, a la niña que fue.
"Toda obra de arte, escribe Basilio Sánchez, tiene la obligación de hacer una conquista, y la conquista en el lenguaje que Ana María hace en este libro deriva de la conquista, a través de la memoria y la imaginación, de su propio territorio, de su paisaje íntimo, de todas las geografías que le son propias."