12.7.14

Casualidades... poéticas

Que pasara ayer por Plasencia Giovanni Scarabello con su amiga Marinella, italiana como él, de Como y del norte, pero que habla español con un acento andaluz tan digno de elogio como el extremeño que él gasta, y un ejemplar de su Tesi di Laurea Magistrale en la mochila, que me entregó de manera sencilla pero solemne bajo la escalera al aire del Convento de Santo Domingo o San Vicente. Dentro, un puñado de versos que han mejorado en su espléndida traducción. Y unas fotografías que dan fe de su pasión por esta tierra. Pasamos juntos apenas unas horas que terminaron en la estación (como se ve), camino, ellos dos, de su querida Cáceres. 

Que Carolina Gil Ávila, la única mujer del grupo de jóvenes placentinos que leyó aquí atrás en La Puerta de Tannhäuser, sea hija de Santi, mi frutero de cabecera, orgulloso de ser el padre de una chica que va a estudiar Filología en Cáceres y quiere ser escritora. 

Que Antonio Deltoro, a quien Patricia Sibila pasó un enlace con este rincón, estuviera leyendo Plasencias en un ejemplar que le había prestado Fabio Morábito.