27.12.18

Tres poemas de "Cuaderno de Sofía"

1

Está por ver
que un monasterio
esté mal situado.
El de Rila tampoco.
Desde fuera,
sus muros me recuerdan
los de otra fortaleza religiosa:
Guadalupe.
Le rodean montañas,
hoy con nieve.
Sus laderas, muy altas e inclinadas,
sostienen densos bosques de coníferas.
Tras la niebla, entre las nubes,
unas y otros
ostentan su dominio
en el paisaje.
Sobre el claustro,
la lluvia cae impasible.
Pudiera parecer que llueve así
desde hace siglos.
En el patio se alza
una torre de piedra del XIV
que llaman la de Hrelja.
En la iglesia
hay frescos en penumbra
y velas que iluminan el espíritu
de este santo lugar
que es un refugio.
Lejos del mundo,
estamos en el mundo.

2

Se conserva una foto
de Patrick Leigh Fermor
a las puertas de Rila.
Del otoño del año 34.
Comenta de sí mismo
que debía de ser
“todo un espectáculo”:
pelo largo y apelmazado
por el polvo y el sol
convertido en esparto.
La cara, según dice,
tan quemada,
que su tono sería comparable
al de un aparador de nogal.
Lleva mochila,
un bastón húngaro tallado,
un cinturón trenzado de colores,
una daga de acero y un kalpak.
Eterno caminante,
por una vez no calza
sus botas con tachuelas.

3

Este es el territorio
del lobo y del oso.
Y de la trucha.
Sus cúpulas metálicas
brillan, cuando hace bueno,
constantemente al sol.
Después de los santos
Cirilo y Metodio,
inventores del alfabeto cirílico,
san Juan de Rila
acapara en Bulgaria
la mayor devoción.
Cuenta Paddy que fue de romería.
Recuerda a un gaitero con melenas
que tocaba ante un grupo de mujeres
algunas melodías desmayadas.
Y a Nadejda,
estudiante de francés en Sofía,
con la que pasó tres jornadas
por aquellos parajes.
Cruzaban cada día
delante de la tumba
de James David Bourchier,
antiguo profesor de Eton
y corresponsal del Times,
un hombre entregado
a la causa búlgara.
De aquellas excursiones
por el bosque,
evoca sus baños con la joven
en las heladas pozas del cañón.

Nota: Estos poemas han sido publicados en el número 56 de la revista sevillana Sibila y pertenecen, en efecto, a un libro inédito: Cuaderno de Sofía
En el original, llevan los números 26, 27 y 28, respectivamente.
Tanto la fotografía superior, del monasterio de Rila, como la inferior, del cementerio situado en el mismo convento búlgaro, son de mi hijo Alberto.