1.6.22

Poesía feriada



En busca de la belleza y la verdad

Poetas consagrados y nuevas voces se plantan en la feria con propuestas cargadas de luminosidad, pasión, claridad... y grandes versos.

Un único corazón
Alejandro Duque Amusco
Pre-Textos, Valencia, 2022. 96 páginas. 18 €
 
El mismo tono sereno y atemperado, melancólico y elegante, claro y sugerente, clásico y natural de Jardín seco, es el que encontramos aquí. Procede, dice, de la edad y la experiencia. Y de la continuidad de la memoria. Desde la tradición. En la incansable búsqueda de la verdad y la belleza. En “Sur”, la infancia, el jardín, la luz, el verano: “La vida huyó de mí y no la alcanzo”. Al amor dedica después un puñado de poemas memorables. “Nada muere del todo y menos el amor”, escribe. Porque la poesía es “una hermosa fraternidad”, no faltan las conversaciones con los otros. Poeta-profesor, en “Zona crítica”, la “sigilosa pasión” de la poesía. “El arte, –concluye– es un amor callado”. Feliz.
 
 
Maestro de distancia
Jordi Doce
Abada, Madrid, 2022. 120 páginas. 15 €
 
Sorprende este monólogo escrito a tumba abierta. No porque no reconozcamos una de las voces más singulares del panorama, sino por su radicalidad. La confusión como “modo de pensar”. “Del tiempo no sabemos”, reza el primer verso o aforismo, límite inexistente para alguien ajeno a los géneros. Su desnudez sobrecoge. La dolorosa fragilidad del solitario. La “del que está en el secreto” y recuerda. Infancia en Gijón. “Oficio de vivir: esta hoguera incierta”. Con una lucidez que se crece en la contradicción. En “la lumbre de la lentitud”. En “la claridad del cansancio”. Ella y la enfermedad: el sacrificio de quien vive para la muerte: “Déjame acompañarte”. El miedo. “Busco la claridad sobre todas las cosas, pero sólo cultivo enigmas”.
 
 
Belleza sin nosotros
Marcos Díez
Visor, Madrid, 2022. 80 páginas. 12 €
 
En este libro, según Lorenzo Oliván (que publica de nuevo en Tusquets), el santanderino “despliega un mundo tan cotidiano como extraño”. Uno subrayaría, ante todo, su don de síntesis: su acerada, seca concisión. “Mejor hablar así, / en la intemperie”, podría ser su lema. Una poética. Palabras exactas y una claridad lúcida, valga la redundancia. Luminosa, sí. “Tarde se aprende lo sencillo”, dijo Hierro; para Díez, lección aprendida. La identidad, el dolor, “la vida cierta” y misteriosa, el amor (¿Qué vínculo es el nuestro?”), la herida (“Porque la soledad puede ser una casa”), el cuidado (que aprende de Vera), la hija, los huecos y hasta el literario hotel Formentor inspiran estos poemas donde hay de todo menos destructoras “palabras vacías”.
 
 
Salvamento de hormigas
Ana Merino
Visor, Madrid, 2022. 92 páginas. 12 €
 
Tras su exitosa irrupción en la novela, Merino vuelve a la poesía, en la colección donde ha venido publicando todos sus libros salvo el primero, Adonais en 1994. En este no falta una sección, “Desbordamiento”, dedicada a su especialidad: la historieta. Se podría decir  que su poética es de “línea clara” y marcado tono autobiográfico. Amable, en el mejor sentido: “Salvamento de hormigas, / ese era mi lema / cuando llegaba el verano”, leemos en el poema prologal. Luego, dibujantes, viñetas, Han Solo, líneas, perdedores y sin nombre. La vida, por ejemplo en Granada, Alepo o Panticosa. Léase “Distancias”. El presente de este planeta en peligro está en “Naufragio”, la serie discordante –distópica y algo apocalíptica– que cierra el volumen.
 
 
Los planetas fantasma
Rosa Berbel
Tusquets Editores, Barcelona, 2022. 96 páginas. 15 €
 
Tratándose de poesía, fue llamativa la recepción de Las niñas siempre dicen la verdad, ópera prima de Berbel que logró varios premios. Cuando pasa algo así, se espera con expectación el segundo libro. No defrauda, al revés: hay un salto cualitativo en su poética. Lo leído justifica su prematuro ingreso en una colección de consagrados. El libro, perfectamente imaginado (desde el título), nos lleva a lugares extraños que son y no son de este mundo. Un misterio. Se trataba de eso: de renombrar las ruinas donde estuvo la casa. De “inventar otro lenguaje”. Para el amor. Para esta travesía del desierto. Para después de la fiesta. La belleza persiste. Sí, “es un milagro estar / justo donde la vida está”.

Este artículo se ha publicado en EL CULTURAL