3.7.17

Pintor

Me encuentro con él cada tarde.
Cuando voy, viene.
Con su modesto lienzo bajo el brazo.
Algún día lo he visto
aún en la tarea.

A la orilla del río, apoyado
en un muro de piedra
que le sirve en precario de soporte,
pinta un cuadro.

Tiene enfrente la casa
que usa de motivo.
El molino, que llaman,
“de la pared bien hecha”.

Apenas entrevista,
aprecia uno maneras en la obra.

Es un señor mayor,
casi un anciano.
Dispone sus pinceles con esmero
y simplemente pinta.
Contra el tiempo, a favor de la belleza.
Tal vez la más humilde.

Como el lugar en que se inspira,
el hombre va ganando la batalla.

Nota: Este poema se ha publicado en el número 4 de la revista valenciana 21veintiúnversos.
En la imagen, "Mancos", terracota sobre base de madera y alambre, una obra de Miquel Navarro para la cubierta.